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Dirigida por el Dr. D. Álvaro Sánchez Bravo, Presidente de la Asociación Andaluza de Derecho Medio Ambiente y desarrollo sostenible.

La necesaria reconsideración de nuestros modelos de ciudades y la toma en consideración de las implicaciones ambientales y sociales de los modelos territoriales, constituye un reto inaplazable en el que nos jugamos nuestro futuro.

Las ciudades son algo más que un agregado de personas e inmuebles. Deben constituir territorios para la convivencia, donde ejercitemos nuestras potencialidades personales y sociales, donde la unión nos haga más fuertes y preparados frente a las adversidades de la existencia diaria.
Como sabemos, nuestras ciudades son heterogéneas y las diferentes formas de vivir de unos y otros entran en conflicto. Pero esta diversidad también es nuestra riqueza y, los eventuales conflictos deben encontrar su solución en las políticas de sostenibilidad y de inclusión social, así como en una nueva concepción y organización del espacio público. La definición de criterios racionales y democráticos respecto a los espacios físicos puede ayudar a garantizar mejor la calidad de vida de las personas, sin tener que recurrir a un urbanismo exclusivo, desconsiderado con lo ambiental, excluyente en lo social e injusto en la garantía y eficacia de los derechos fundamentales de todos los ciudadanos. De todos es conocido, y en todas las latitudes, que nuestras ciudades no son igualitarias. Barrios ricos, capas medias y barrios pobres coexisten.
Como ha señalado la Comisión Europea, “esta coexistencia debe ser organizada sobre otra base que impida la creación de fosos físicos o simbólicos en el urbanismo, el acceso a los servicios o el acceso a las decisiones. Afirmamos la idea de “ciudad de inclusión”, donde la participación de los ciudadanos en las políticas locales sea un derecho.Los espacios públicos, residenciales y de comercio deben ser espacios de encuentro.”